Aceite con hábil arte exprimido
Del puro fruto de los centenarios olivos,
¡Qué espacio para cantar! -en su lenguaje silencioso
De Umbría colinas para los solitarios clives,
Claro mucho más líquido cristal,
Fragante que oriental ungüento,
Puro como la fè que en el metal
Cóncavo tarde en el altar de plata,
Tus raras virtudes no eran desconocidas
En las mesas de Horacio y Varro
que no desdeñar cantarte en sus notas…
Gabriele D’Annunzio
(traducción personalizada palabra por palabra – Todos los Derechos Reservados -)